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Al contrario de los que sucede en otros países, en las que han sido un
referente teatral (las iuglaratte, de Darío Fo), en España los
espectáculos unipersonales de juglaría no han tenido un buen recorrido,
habiendo pocos actores o narradores que hayan investigado con
continuidad en sus posibilidades, como Rafael Álvarez El Brujo, o Matías Tárraga.
Sin
embargo aquí confluyen las investigaciones de los renovadores del
teatro del siglo XX sobre la centralidad del actor en el teatro (Peter
Brook, Grotowski), con una posibilidad de renovación del arte de la
narración oral, donde en los últimos años se repiten fórmulas que
pueden llegar a cansar al espectador, echándose de menos una mayor
elaboración
artística.
Los
espectáculos de juglaría se representan en mercados medievales,
festivales de teatro clásico, institutos y escuelas, y espacios
teatrales.
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