El monologuismo cómico asturiano

Es un género escénico a medio camino entre la narración y el teatro popular donde un personaje cuenta historias de humor con una expresividad cercana a la del juglar, usando diversos recursos expresivos como el verso o el canto. Los primeros textos de este género datan del siglo XVII, y su origen se remonta al monólogo bufonesco medieval y a los personajes arquetípicos de la Comedia del Arte.
El Monologuismo Cómico Asturiano es un género flexible, susceptible de una permanente actualización, y que se desarrolla en las más variados espacios: tabernas, romerías, mercados, salas teatrales... Su lengua de expresión es el asturiano o “bable”. Sin embargo, Cellero ha comprobado su eficacia fuera de Asturias en un castellano asturianizado fácilmente entendible para los castellano parlantes. En lugares donde existe otra lengua romance además del castellano (zonas falantes del galego, portugués, catalán o valenciano) el espectáculo resulta entendible en llingua asturiana.
El Monologuismo Asturiano, como parte de la cultura popular viva, es una fuente inagotable de inspiración para analizar la locura del mundo contemporáneo y poner algo de humor crítico, coñón, retranquero y “sucio” en un panorama humorístico donde reina el humor blanco, el chiste fácil y el seguidismo a formatos de espectáculo impuestos por la televisión.
Para más información sobre el Monologuismo Asturiano véase el capítulo que le dedica Adolfo Camilo Díaz en su ensayo “El teatru popular asturianu”. Para ver textos nada mejor que la colección publicada por la editorial Trabe titulada “Maestros de Humor”, donde Carlos Alba publicó en 2006 los monólogos de Cellero bajo el título de “Del chigre”. Ver también el artículo “Monologuismu Cómicu Asturianu: renovación dende la tradición” (revista El Summum).

José La Guardada, Monologuista de Santolaya (Gozón)
José La Guardada, Monologuista de Santolaya (Gozón)

 

Este narrador ha creado un personaje, un viejo abuelo asturiano (Cellero, el monologuista), y a través de éste recupera la tradición asturiana de los monologuistas, con unos espectáculos en los que mezcla prosa, versos y canciones y conecta material narrativo folclórico con la actualidad política y social española, siendo quizás el único nuevo narrador español que explota conscientemente el filón reivindicativo y transgresivo de cierta cultura popular. Entre sus trabajos recordamos el espectáculo Por falar vencí la guestia, presentado, en enero de 2003, en el Ateneo de la Calzada de Gijón. Para más información puede consultarse la página web www.cellero.com. (Marina Sanfilippo, El renacimiento de la narración oral en Italia y España, UNED, Madrid, 2007, pp. 532, p. 326)
 
"Questo narratore ha creato un personaggio, il vecchio asturiano Cellero, e per mezzo suo recupera la tradizione asturiana dei monologuistas comici, con degli spettacoli in cui mescola prosa, versi e canzoni e riutilizza materiale narrativo folklorico per parlare dell’attualità politica spagnola. Si tratta dell’unico nuovo narratore spagnolo che sfrutta consapevolmante il filone rivendicativo e trasgressivo della cultura popolare. Cfr. la sua pagina web www.cellero.com." (Marina Sanfilippo,"I nuovi narratori: un fenomeno non solo italiano", VOCI. Semestrale di Scienze Umane diretto da Luigi M. Lombardi Satriani, Anno II, n. 1 gennaio-giugno 2005,  pp. 125-145, p. 140. Gruppo Periodici Pellegrini, Cosenza).

 

CELLERO, ¿QUIÉN ES?

 








 

Cellero

 



 

 Cellero fue mi bisabuelo, carretero que todos los días iba con sus bueyes camino de Avilés. Fue un personaje que dejó una  huella honda en los suyos, para bien o para mal. Los carreteros solían ser fuentes inagotables para la tradición oral, pues solían cantar, contar historias de sus aventuras por los caminos y saber una buena cantidad de “juramentos”.

    De Cellero se cuentan, todavía hoy, muchos sucedidos, la gente se acuerda de verlo por las calles, en los chigres (tabernas), siempre con los bueyes, muchas veces borracho, dando saltos encima del carro. Yo apenas lo conocí, pero lo recuerdo (aunque era más bien canijo) como un paisanón del que había que escapar cuando los niños estábamos jugando por la quintana (espacio que se encuentra enfrente de casa en la casería tradicional asturiana) y, sobre todo, si nos encontraba en la cuadra de los “gües”, donde no dejaba entrar a nadie.

    Cuando me planteé construir un personaje con el que recuperar monólogos asturianos me acordé de él. Luego fue tomando vida propia con todo su mundo: Manolín, Lin, Fozmartiellu, Perico´l Facha, Pin, Pinón... y no sólo se limitó a hacer monólogos clásicos, también se metió a hablar de la actualidad y a contar cuentos, por supuesto a su manera. No sé qué pensaría aquel bisabuelo si levantara la cabeza y viera a su bisnieto hacer lo que hace...

    Una vez al año sus bisnietos hacemos una “fartura” y contamos histories de él y de otros. Es la “fartura los celleros”.

Soy Cellero, pobre, llano,

pequeño pero con genio.

Soy hijo del minifundio

Y nieto de analfabetos,

Hijastro de mezcolanzas

De maíz con yerba seco,

Malcomer, cuadra, moñiga,

tabaco y vino perrero.

Mis hijos fueron obreros,

Mi nietos oficinistas,

peones y hasta ingenieros,

aunque mí me gustaría

algún nieto tabernero,

que todo oficio ye sabio

y necesario por eso,

menos especuladores,

chorizos y subasteros.

 

Soi l´aldea, las mis tripas

ladran igual que los perros,

retuercen como lombriz,

tiemblan como ese ternero

Que quier ponerse de pies

O si a en casa voy contento

Cantan igual que los gallos.

¡Soi Cellero, berracu, atéu,

Trabajador, mala testa,

Bebedor y parlotero!

¡El día que no lo sea

llevaime pal cementerio.